Proyección de "Gett: el divorcio" _

Proyección de Gett: el divorcio

de Viviane Amsalem

VOSE

Sábado, 30 de mayo

18:00 y 20:00 horas

Aula de Cultura de Cartagena. C/ Mayor, 11

Entrada: general a 4 euros, pensionistas y jubilados a 3 euros

 

'Gett: el divorcio de Viviane Amsalem' ('Gett: Le procès de Viviane Ansalem', 2014) es el cierre de la trilogía empezada por los hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz sobre la independencia -o más bien escasez de ella- en Israel. Aunque funcionan de forma independiente, las tres películas -‘To take a wife‘ (2004), 'Los siete días' (2008) y esta- siguen los pasos de una única mujer Viviane Amsalem, para convertirla en el retrato universal de la mujer israelí actual y de su vida en una sociedad en la que no les dejan avanzar.

Tras su paso de la Quincena de los Realizadores del Festival de Cine de Cannes en 2014, por el Festival de Toronto del mismo año, su trayectoria festivalera se culminó recibiendo el Premio Otra Mirada que premia películas dirigida y/o centradas en la mujer y siendo la película candidata al Oscar de Habla No Inglesa por Israel. Combinando un poco comedia por la absuridad de la situación con el drama que supone la injusticia más absoluta ante el poco entendimiento, 'Gett: el divorcio de Viviane Amsalem' es una película que abre horizontes y absolutamente necesaria.

Viviane Amsalem quiere divorciarse, pero no puede. Y es que en Israel no existe el matrimonio civil, y por lo tanto, ni el divorcio civil. Sólo los rabinos pueden legitimar un matrimonio o su disolución y únicamente, si el marido lo aprueba, teniendo mucho más poder que un juez. Tras más de una década de matrimonio y dos hijos en común, Viviane Amsalem lleva tres años solicitando el divorcio y su marido, Elisha no quiere concedérselo. Viviane quiere ser libre a toda costa y eso, a Elisha le aterroriza. Tres años de un proceso en el que el ambiguo poder de los jueces en Israel en un proceso de divorcio resalta la absurdidad del asunto, dejando salir a la luz todos los problemas de un matrimonio y una sociedad retrógada.

COMENTARIOS