El Mini by Tiquismiquis_
Por todos es sabido que ir a la Plaza de las Flores a “tapear” es una tradición murciana y más cuando hace buen tiempo. Lo normal es tomar caballitos, marineras, croquetas y demás tapas típicas de la zona. Pero en El Mini by Tiquismiquis le quieren dar una vuelta de tuerca con tapas más alocadas y creedme cuando os digo que se la han dado, pero que muy bien.
Empecé con una croqueta de leche de cabra con tomates secos, albahaca y polvo de tomate liofilizado, presentada en una divertida lata. Ese toque de leche de cabra en lugar de la clásica bechamela es una genialidad del chef y donde dices, jod… qué bueno, lo siento pero solo se pueden describir así.
Me sorprendieron los buñuelos de alga wakame y gambas salteadas con mayonesa de lima, es una combinación perfecta. El alga con su sabor intenso a mar y las gambas, con un rebozado ligero y crujiente y coronado con esa mayonesa que le da una frescura muy interesante. Recomendación 100%.
Gran acierto fueron las alcachofas rebozadas de harina de garbanzos con gambón salteado y filamentos de chili togarashi. Solo de acordarme ya estoy salivando, las alcachofas parecían recién cogidas de la huerta y el gambón recién pescado. Impresionante.
Una tapa que por su “sencillez” pasaría desapercibida, pero que deberías pedir, son las algas wakame con sardina ahumada y ralladura de lima. Un plato simple pero lleno de sabores y contrastes.
Luego tomé el pulpo en dos texturas acompañado de salsa romescu y crema de boniato. Es un pulpo horneado de forma tradicional murciana y luego frito unos segundos, dando un toque crujiente por fuera y delicado y jugoso por dentro, con ese matiz dulce del boniato...¿cómo no lo he probado así antes? Buenísimo.
Si sois carnívoros hay varios platos para vosotros pero yo os recomiendo los dos que probé, la milhoja de foie con manzana ácida y queso de cabra, que te lo caramelizan en el momento. (¿habéis visto el vídeo? Está tan bueno como parece) Se te deshace en la boca, sabrosísimo, el tándem foie-manzana nunca defrauda y menos con unas crujientes regañás para acompañar.
Y el otro es el Pork-Belly, un bocadillo de panceta cocinada a baja temperatura con miel y rúcula, en la vida se me habría ocurrido mezclar panceta y miel, creedme que a partir de ahora va a ser un fijo en las barbacoas caseras.
No se podía terminar mi visita sin un postre y qué mejor que una crème brûlée casera que te manda al mismo París, me declaro fan. Con muchas ganas me quedé de probar el chocolate al romero con gominolas (sí, habéis leído bien) de aceite. Pero estaba taaaan lleno, tengo que volver pues me dejé muchas cosas interesantes en la carta.
Es un local diseñado a modo de barra que permite interaccionar con el chef y con un marcado aire rústico. A mí me han enamorado y es que así da gusto, no solo es que valga la pena ir, es que debe ser un local de culto. En mi ruta de tapeo personal ya está enmarcado en rojo. ¡Ah, tienen una gran oferta de vermús caseros!
Ya sabéis, como siempre os digo, disfrutad comiendo y ¡¡ buen provecho!!!
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